PASIÓN ELÉCTRICA

El término «vehículo eléctrico» suele referirse a todos los vehículos que utilizan únicamente motores eléctricos alimentados por baterías recargables para impulsar las ruedas, en lugar de los combustibles fósiles tradicionales. Dada la ausencia de motor de combustión interna, estos coches producen cero emisiones de CO2 mientras funcionan, lo que los hace más respetuosos con el medio ambiente que los vehículos convencionales.

Los coches eléctricos están equipados con un paquete de baterías y un motor eléctrico, su principal sistema de propulsión. Cuando pisas el acelerador, la electricidad de la batería se envía al motor, que la convierte en energía de rotación. La batería se carga enchufando el coche a una fuente de alimentación, normalmente una toma de corriente o una estación de carga de vehículos eléctricos. La carga puede realizarse en casa o en puntos de recarga públicos.

Los motores eléctricos pueden generar un par y una potencia variables sin necesidad de cambiar de marcha. Así que, en ese sentido, podría decirse que los coches eléctricos son automáticos. Sin embargo, no tienen el mismo tipo de transmisión automática que un coche convencional: es más sencilla, y a menudo consta de una sola marcha o ninguna. Esto se debe a que los motores eléctricos pueden proporcionar el par máximo desde cero RPM (revoluciones por minuto), eliminando la necesidad de varias marchas.

En muchos países, los coches eléctricos están sujetos al impuesto de circulación, pero los tipos y las políticas suelen diferir de los de los vehículos tradicionales de gasolina o diésel. Algunos gobiernos ofrecen exenciones o reducciones del impuesto de circulación a los coches eléctricos para fomentar su adopción y apoyar la transición hacia una movilidad limpia. Te recomendamos que compruebes la normativa vigente en tu región.

Muchos países incentivan la adopción de vehículos eléctricos mediante diversos incentivos económicos. Entre ellos se incluyen incentivos a la compra, como créditos fiscales o reembolsos, y ventajas como exenciones de las tasas de congestión, fácil acceso a zonas de bajas emisiones y aparcamiento gratuito. También en este caso, los incentivos pueden variar mucho de un país a otro y están sujetos a cambios con el tiempo, a medida que los gobiernos ajustan sus estrategias.

Al producir cero emisiones de CO2, los coches eléctricos tienen un impacto medioambiental menor que los de gasolina. Además, la huella de carbono de los vehículos eléctricos puede reducirse aún más cuando se alimentan con fuentes de energía renovables como la solar o la eólica. Los análisis del ciclo de vida muestran que, aunque la producción de baterías para vehículos eléctricos tiene implicaciones medioambientales, los avances en la tecnología de las baterías y los métodos de reciclaje están mejorando la sostenibilidad.

- ICE: Motor de combustión interna. Se refiere al motor tradicional de energía térmica (gasolina, gasóleo, etc.), en el que la combustión del combustible se activa mediante un comburente (normalmente aire) dentro de una cámara de combustión que forma parte integral del circuito de movimiento de fluidos.
- HÍBRIDO: Este tipo ofrece una combinación de un motor de combustión interna y un motor eléctrico, como se ve en modelos como el Alfa Romeo Tonale Hybrid y el Alfa Romeo Junior Ibrida. La batería se carga mediante el motor de combustión interna y el frenado regenerativo. En vehículos como el Alfa Romeo Tonale Hybrid y el Alfa Romeo Junior Ibrida, cuando la batería está cargada, esta tecnología permite realizar varias maniobras de conducción en modo totalmente eléctrico. En función de las ventajas para el cliente y del nivel de electrificación, algunas soluciones suelen denominarse Híbridos Suaves (MHEV). En estos casos, la tracción totalmente eléctrica no es posible.
- HÍBRIDO ENCHUFABLE: La tecnología híbrida enchufable también combina un motor de combustión interna con un motor eléctrico. La batería se carga desde una fuente externa (toma de carga) y mediante el frenado regenerativo. En modelos como el Alfa Romeo Tonale Híbrido Enchufable Q4, el rendimiento de la batería permite recorridos de hasta 82 km en la zona urbana EV.- BEV: Vehículo Eléctrico de Batería. La tracción la proporciona exclusivamente un motor eléctrico, como se ve en el Alfa Romeo Junior Elettrica. La conducción es eléctrica, y la carga se consigue únicamente mediante una fuente externa y el frenado regenerativo.
- REEV: Vehículo Eléctrico de Autonomía Extendida. Este tipo tiene un pequeño generador alimentado por gasolina para recargar la batería y permitir una mayor autonomía cuando el nivel de la batería es bajo.

Un vehículo eléctrico ofrece menores costes de funcionamiento gracias a la reducción de los gastos de combustible y mantenimiento. Además, contribuye a la sostenibilidad medioambiental al producir menos gases de efecto invernadero y mejorar la calidad del aire. Además, un coche eléctrico proporciona una experiencia de conducción mejorada con un funcionamiento silencioso, una aceleración suave y un par motor instantáneo, lo que lo hace eficiente y agradable de conducir.

Cargar un coche eléctrico es fácil, con opciones disponibles para cargarlo en casa, en el trabajo o en puntos de recarga públicos. Para cargarlo, sólo tienes que enchufar el coche a la estación de carga utilizando el conector adecuado. Es aconsejable cargar por la noche o fuera de las horas punta para ahorrar en costes de electricidad y asegurarte de que tu coche esté completamente cargado cuando lo necesites. El Alfa Romeo Junior ofrece tres soluciones de carga diferentes: enchufe doméstico convencional, wallbox específico y estación de carga pública. También ofrece una opción de carga rápida de CC disponible en puntos de carga públicos.

Sí, los coches eléctricos pueden perder carga cuando están aparcados, pero el ritmo de pérdida suele ser lento. Factores como la temperatura ambiente y el estado de la batería pueden influir en este proceso. Los coches eléctricos modernos suelen tener funciones para minimizar la pérdida, pero es aconsejable vigilar el nivel de carga si se aparcan durante periodos prolongados.

El coste de cargar un coche eléctrico depende de varios factores. En primer lugar, las tarifas eléctricas varían en función de tu ubicación y proveedor, lo que afecta en gran medida al coste total. La velocidad de carga es otro factor a tener en cuenta: las opciones de carga más rápidas suelen ser más caras. Además, la eficiencia del vehículo influye; los coches más eficientes necesitan menos energía para cargarse. Por último, cargar en casa suele ser más barato que utilizar estaciones de carga públicas, debido a las tarifas eléctricas más bajas y a la ausencia de tasas adicionales.

Cargar un coche eléctrico en casa con un enchufe normal suele llevar varias horas, entre 8 y 12 horas para una carga completa. Sin embargo, con un cargador específico en casa, el tiempo puede reducirse significativamente. En las estaciones de carga públicas, los tiempos de carga varían aún más: utilizando la carga rápida de CC, el Alfa Romeo Junior Elettrica puede recargarse del 20% al 80% en sólo 27 minutos.

En general, la autonomía de los coches eléctricos depende de factores como el tamaño de la batería, las condiciones de conducción, la temperatura, la climatización y los hábitos de conducción. El Alfa Romeo Junior Elettrica ofrece una autonomía combinada WLTP de 410 km e incluye funciones para reducir la ansiedad por la autonomía, como aplicaciones y soluciones integradas para planificar viajes y encontrar estaciones de carga cercanas, lo que te da tranquilidad mientras conduces. 

Por término medio, las baterías de los coches eléctricos duran entre 10 y 20 años. Naturalmente, factores como la temperatura, los hábitos de carga y el mantenimiento general del vehículo pueden afectar a la longevidad de la batería. El paquete de baterías del Alfa Romeo Junior está cubierto por una garantía de 8 años, con un 70% de garantía de estado.

Debido a su mecánica más sencilla y a la ausencia de motor de combustión interna, el mantenimiento de un coche eléctrico suele ser menos frecuente y menos costoso que el de los vehículos de gasolina o diésel. El mantenimiento habitual de los vehículos eléctricos incluye revisiones de frenos, rotaciones de neumáticos e inspecciones de la batería y los componentes eléctricos.